La cartera
sanitaria nacional acerca a los padres información sobre las vacunas del
Calendario Nacional de Vacunación que deben aplicarse los chicos para estar
protegidos.
Además, propone realizar controles de salud en
la vista y la audición para que comiencen la escuela en buenas condiciones.
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Tener los esquemas
de vacunación al día para evitar enfermedades como el sarampión, la rubéola y
las paperas, y hacerles a los chicos controles oftalmológicos y odontológicos
son claves para garantizar el buen rendimiento escolar. A pocos días del inicio
de clases, especialistas en inmunizaciones y salud comunitaria del Ministerio
de Salud de la Nación ,
a cargo de Juan Manzur, realizaron una serie de recomendaciones para que los
padres controlen la salud de los chicos antes de empezar el año lectivo.
La escuela –como
todo ámbito de reunión de personas donde se comparten muchas horas–, suele ser
un lugar factible de transmisión de enfermedades. Es por eso que reviste gran
importancia que los niños tengan completos los esquemas de inmunización que
indica el Calendario Nacional de Vacunación. Carla Vizzotti, jefa del Programa
Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles explicó que "los
chicos que empiezan primer grado deben aplicarse tres vacunas: la Sabin , la Triple Viral y la Triple Bacteriana ,
ya que son el refuerzo necesario para que el organismo genere defensas contra
siete enfermedades que pueden producir, en algunos casos, secuelas
graves".
Con las tres
vacunas indicadas para el ingreso escolar, los chicos adquieren inmunidad
contra la poliomielitis, el sarampión, la rubéola, las paperas (parotiditis),
la difteria, la tos convulsa y el tétanos. Al respecto, la especialista indicó
que "estas vacunas son gratuitas y obligatorias, y están disponibles en
todos los hospitales y centros de salud del país", a la vez que agregó que
"hay que tener en cuenta que aplicarse las vacunas implica un comportamiento
solidario, ya que a través de ellas se garantiza que queden protegidos no sólo
los chicos que las reciben, sino todo su entorno, sus compañeros de grado, sus
hermanitos y hasta aquellas personas que no pueden aplicarse las vacunas por
problemas de salud".
Cabe destacar que
la administración de las mismas puede realizarse simultáneamente ya que no se
altera la producción de defensas y tampoco generan reacciones adversas. En ese
sentido, Vizzoti aclaró que "inclusive si un chico tiene fiebre, está
recibiendo antibióticos, está resfriado o tiene diarrea leve, puede y debe
vacunarse igual".
A los 11, refuerzos para todos y VPH para
las nenas
Pero no sólo deben
inmunizarse los niños que comienzan primer grado. A los 11 años, es otra etapa
de la vida en que los chicos deben recibir vacunas de refuerzo para mantener
una buena prevención, y en el caso de las niñas, comenzar con la aplicación de
las tres dosis de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH)
–incorporada al Calendario Nacional de Vacunación en 2011 por la Presidenta de la Nación , Cristina Fernández
de Kirchner–, que las protege contra el cáncer de cuello de útero.
Según lo indicado
en el calendario oficial, todos los chicos y chicas de 11 años deben aplicarse
un refuerzo de la
Triple Bacteriana Acelular para garantizar la inmunidad
contra la difteria, la tos convulsa y el tétanos.
En el caso de las
niñas, esta edad es la elegida por los expertos en inmunizaciones para que se
apliquen la vacuna contra el VPH. El esquema completo para que las niñas
adquieran inmunidad contra este virus –causante de más del 90 por ciento de los
casos de cáncer de cuello de útero–, consiste en la aplicación de tres dosis,
la primera al momento cero, la segunda al mes y la tercera a los seis meses de
la primera dosis.
Con respecto a la
inmunización contra la
Hepatitis B y la Triple Viral , es necesario chequear en el carnet
de vacunación si fueron recibidas las dosis anteriores y, en caso de no
tenerlas, se debe consultar al médico para completar el esquema de vacunación.
Controles médicos
Además de chequear
que los chicos tengan las vacunas que corresponden, la cartera sanitaria
recomienda a los padres que realicen consultas médicas con pediatras,
otorrinolaringólogos, oftalmólogos y odontólogos con el fin de controlar la
capacidad auditiva, la visión y la salud bucal de los niños.
La detección precoz
de disminución visual en los chicos y su corrección oportuna resultan
indispensables a la hora de minimizar el impacto que produce ésta patología en
el rendimiento e integración escolar del niño y su desarrollo socioafectivo.
"El ojo del niño, a diferencia del adulto, se caracteriza por variar sus
parámetros de normalidad según la edad de cada chico, por eso se recomienda
realizar un control oftalmológico anual para valorar, entre otras cosas, la
agudeza visual", manifestó Silvia Báez Rocha, directora de Medicina
Comunitaria del Ministerio de Salud.
En cuanto a la
audición, Báez Rocha —quién además tiene bajo su área el Programa de Sanidad
Escolar (PROSANE) –, sostuvo que "si los padres creen que su hijo tiene
pérdida auditiva o está sordo, deben pedirle al pediatra que le haga una prueba
de la audición lo antes posible. Los signos y síntomas son diferentes en cada
niño".
Demorar la
detección de estos problemas puede generar "que los chicos no se
comuniquen en forma clara y no hagan lo que se les indica interpretándose
erróneamente como una falta de atención, pero en realidad puede ser el
resultado de una pérdida auditiva parcial o total", detalló la
funcionaria.
Cabe consignar que
el 85,7 de los niños poseían cobertura de vacunación correcta al ingresar a la
escuela en 2011, según datos que se desprenden de las actividades que realiza
el PROSANE, programa del Ministerio de Salud de la Nación , en el que fueron
evaluados 64.000 alumnos pertenecientes a establecimientos educativos de las
provincias de Chaco, Entre Rios, Jujuy, Santiago del Estero, Córdoba y Mendoza.
La información obtenida luego de los exámenes mostró que respecto de los
problemas de salud, sólo el 6 por ciento de ellos usaba lentes, el 2,4 por
ciento padecía algún grado de hipoacusia y el 6,4 por ciento tenía algún
trastorno de fonación.
En relación a la
salud bucal, se destaca la alta prevalencia de caries en los niños en edad
escolar y que al 85 por ciento de los estudiantes se les había aplicado flúor.
Del total de los niños estudiados, el 59,6 por ciento fueron derivados a
especialistas; el 25 por ciento a odontología; el 8,6 por ciento a
oftalmología; el 2,9 por ciento a nutricionistas; y el 4,5 por ciento a
pediatría.